"Estudiar la muerte equivale a estudiar la vida y los valores"
Para la socióloga inglesa, los cementerios son un centro de aprendizaje
LONDRES.- Kate Woodthorpe es rubia, joven y sonriente. Está lejos de ser una chica gótica, de negro eterno, melancólica, depresiva. Y, sin embargo, el tema al que dedica su vida cotidiana es la muerte. De hecho, Woodthorpe -que durante esta entrevista estaba recorriendo los camposantos británicos para entregar el galardón Mejor Cementerio 2009- es una de las nuevas estrellas de una disciplina que se afianza: los estudios sobre la muerte en las universidades del mundo anglosajón.
Autora de La cultura y las economías de la muerte y profesora de la Open University británica, Kate Woodthorpe se convirtió en la voz de referencia de los medios tras fenómenos como las demostraciones masivas que siguieron a la muerte de Michael Jackson. Para ella, "estudiar la muerte es también estudiar la vida, y dice mucho de los valores, de las personas, los lugares y las cosas".
-¿Cómo comenzó su interés en el manejo de la muerte como objeto de estudio? ¿No le resulta deprimente?
-Creo que la muerte es un objeto de estudio bastante especial por su universalidad: es de los pocos que realmente nos afectan a todos. No encuentro que sea tan deprimente. Estudiar el tema me ha hecho más consciente de lo finito de la vida, pero a la vez la reafirma y me recuerda a cada momento cuán preciosa es.
-¿Cambió la manera en que nos relacionamos con la muerte en los últimos años?
-Por un lado, la muerte está más controlada y oculta que nunca. Ocurre detrás de puertas cerradas. Por el otro, se sabe más sobre la muerte y es más visible que nunca con la cobertura que recibe de los medios de comunicación y la forma en la que es documentada. Creo que la discusión entre estos dos puntos de vista se va a intensificar en la medida en que debates éticos como la eutanasia y el suicidio asistido continúen. Mis propios pensamientos sobre el tema varían, pero de lo que sí estoy segura es de que las consecuencias de los tratamientos que permiten prolongar la vida tienen que ser analizadas en profundidad antes de instrumentarlos.
-¿Cuál es la relación entre cementerios y museos, sobre la cual ha trabajado?
-Con mi colega Morgan Meyer hemos escrito sobre la relación entre cementerios y museos, basados en la premisa de que ambos convierten lo ausente -tanto el pasado como las personas muertas- en presente, a través de objetos. Con la creciente presión que hay sobre los cementerios en el Reino Unido -ya que nos estamos quedando sin lugar para enterrar y, a la vez, los cementerios existentes se venden para desarrollos inmobiliarios o nuevos usos- se ha abierto un interesante campo para estudiar los cementerios como lugares similares a los museos, lugares de historia social local. Nos pueden ilustrar sobre la arquitectura y el diseño de paisajes de un tiempo determinado, y hasta su estilo literario a través de los epitafios. Definitivamente, impulsaría a cualquiera a que diera una vuelta por su cementerio local y vea todo lo que puede aprender. Cuando hice mi investigación en el cementerio de la ciudad de Londres, me encontré con muchos ejemplos de acontecimientos significativos de la historia local: dos de las víctimas de Jack el Destripador estaban enterradas allí, y las cenizas del futbolista Bobby Moore están en el Jardín del Recuerdo...
-Elige los mejores cementerios. ¿Qué toma en cuenta?
-Hay una serie de criterios que uso al evaluar: por ejemplo, si se utilizan o no lápidas de piedra, el mantenimiento y planes a largo plazo. Mirando los años que vendrán, me imagino que tendremos una mayor cantidad de alternativas respecto de qué hacer con nuestros cuerpos no sólo en vida, sino también tras la muerte, por ejemplo a través de procesos de cremación menos agresivos para el medio ambiente o incluso la disolución de cadáveres con químicos. Hay tantas personas viviendo hoy en el planeta que necesitamos pensar estratégicamente sobre la manera en la que vamos a lidiar con todos esos cuerpos. Este tipo de discusión tiene que desarrollarse de una manera abierta.
-¿Qué opina de las series de televisión como CSI , Six Feet Under o Huesos , que giran alrededor de muertos y cadáveres? ¿Nos está diciendo algo sobre la sociedad contemporánea esta fascinación?
-Por un lado, mostrar la muerte en programas destinados a entretener, como Six Feet Under , sobre una familia que regentea una empresa funeraria, puede ayudar a levantar la tapa, por decirlo de alguna manera, sobre lo que pasa detrás de escena cuando la gente muere, y así ayudar a familiarizar a los televidentes, a disminuir su ansiedad frente a lo desconocido. Por otro lado, es cierto que la televisión da un tratamiento sensacionalista a la muerte y la transforma en un show. Pero creo que, como consumidores de estos fenómenos populares, la decisión está en cada uno, y quien encuentre estos programas de mal gusto siempre podrá cambiar de canal.
-¿Cómo se vivieron la muerte de Michael Jackson y la histeria que desató desde las torres de marfil del mundo académico?
-El gran debate radica en si la forma en que la gente expresa públicamente su respuesta al fallecimiento de una celebridad que nunca conoció personalmente es una manera posmoderna de conexión humana o si es una especie de dolor recreacional. Pero no todo es falso o inventado. Para las personas comunes, existe un factor movilizador genuino en la nostalgia y el deseo de sentirse parte de un acontecimiento cuando está teniendo tanta repercusión.
-¿Cuán importante cree que es morir joven para ser un mito?
-No sé si lo importante es morir joven o la causa de la muerte. Es más sexy la muerte de James Dean en un accidente de auto que la muerte de Elvis en el baño. Y, por supuesto, está el tema de que morir joven no está atado, en realidad, a la juventud. Se puede considerar que alguien de 70 años murió joven. El tema es haberse ido antes de tiempo...
El personaje
KATE WOODTHORPE
sociologa, escritora y profesora
• Edad : 30 años.
• Nació en : Yorkshire, Inglaterra.
• Tesis de doctorado : Ambigüedad y falta de certezas. El paisaje de los cementerios actuales.
• En los Comunes : fue invitada al Parlamento a dar una conferencia. La tituló "¿Ositos de peluche o jacintos silvestres? Recordatorios en un entorno natural".
• Obras : además de sus libros, es autora de varias entradas de la Enciclopedia de la Muerte.
fuente: articulo tomado del diario la Nacion
Jueves 10.12.2009
Este Blog es en homenaje a los que descansan en el Cementerio de Azul (Prov. de Buenos Aires, Argentina), que nos precedieron en el duro camino de la vida y que con su esfuerzo y dedicación contribuyeron a hacer grande a esta ciudad.
Nació de la mano de Vicente Lencioni y hoy nos toca continuar su legado, siguiendo el principio que él se planteara al construir este sitio.
CEMENTERIO DE AZUL Homenaje a la majestuosidad de la muerte y a la síntesis histórica. La ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina, rinde homenaje a la majestuosidad de la muerte, con una imponente escultura hecha en 1938, por el arquitecto e ingeniero Francisco Salamone. Esta escultura representa un ángel flamígero con una espada en las manos. Como dijo alguien, pareciera que estuviera marcando la frontera entre la vida y la muerte; además esta representando para los creyentes la esperanza de la resurrección. Entrando ya al interior del Cementerio encontramos dos cenotafios que rinden homenaje a los muertos de los dos grandes partidos políticos cuya ideología la podemos considerar fundacional de la Argentina moderna. Uno es en homenaje a los muertos en la Revolución Radical, de 1890 y el otro es en homenaje al Teniente General Juan Domingo Perón y a su esposa María Eva Duarte. Es como si esta Ciudad Cervantina, de profundas raíces Pampas, en la que hace años se señoreaban los pueblos originarios, tierra en que tantos desencuentros se produjeran, quiere ser hoy la heredad de la síntesis unificadora de tantos años de desencuentros.
A los desaparecidos de toda la tierra, de todas las épocas por distintos motivos, quienes con su sacrificio han hecho posible que "la muerte le enseñe a los vivos" a soñar con un Mundo lleno de respeto por las ideas del otro.
(José Vicente Cuenca Phd Departamento de Antropología Universidad Nacional de Colombia Santa Fé de Bogotá, 1994)
sábado, 28 de agosto de 2010
jueves, 26 de agosto de 2010
1 cenotafio del griego tumba vacia
Cenotafio de la Policia Federal en homenaje a sus miembros caidos en cumplimiento del deber
Un cenotafio es una tumba vacía, ó monumento funerario erigido en honor de una persona, o grupo de personas, para los que se desea guardar un recuerdo especial. Se trata de una edificación simbólica. La palabra deriva del griego kenos cuyo significado es "vacío" y taphos que significa "tumba".
fuente:Wikipedia, la enciclopedia libre
martes, 24 de agosto de 2010
Simbolos masonicos en el Cementerio Unico de Azul
Doctor Bartolome J Ronco
lunes, 23 de agosto de 2010
Vista general del Cementerio Unico
Cementerio de Disidentes o Excluidos
este lugar del cementerio esta resaervado para aquellas personas que no quieren ser sepultadas en lugar sagrado, por no coincidir con la religion que se profesa, es llamdo cementerio de dsisidentes y aca en Azul lo denominan de los excluidos. Estan alli sepultados muchos empleados del ferrocarril, cuando este era administrado por los ingleses.
sábado, 21 de agosto de 2010
Visita guiada al Cementerio Unico de Azul
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fotos de la visita organizada por la señora Monica Bravo, coordinada por la Guia de Turismo Local, y en la parte historica por el señor Vicente Lencioni
la primera foto las maestras que acompañaron la visita, despues los niños mientras se plantaba el cipres y la otra vista los niños mirando en el interior de una boveda un vitraux
viernes, 20 de agosto de 2010
Sepulcro de la Señora Maria Gomez de Enciso

Se afinco primeramente en la ciudad de las Flores, a la ciudad de Azul llega sola, y se dedica al trabajo social, con los pobres y los niños, todo su actuación fue como mano derecha de monseñor Canela, su trabajo lo realiza en el hogar Sagrado Corazón t participa en la fundación del Asilo San Antonio.
Había perdido a sus dos hijos muy pequeños y sublimo su pena dedicándose al servicio de los más necesitados
Tres de los grandes Asilos de Azul: el de Niñas, el de Varones y el de Ancianos, no se deben a la magnificencia de ningún poderoso, sino que son obra de la contribución popular recogida puerta a puerta.
En particular, el padre Actis recuerda en su libro la fecunda acción de mujeres como Ursula Vásquez de Zapata, Juana Jones de González y María Gómez de Enciso. Nosotros podríamos agregar también a Ernestina Darhanpé de Malere.
Dice nuestro autor que correponde a la Sra. de Enciso el mérito de haber “enseñado a dar “ a la sociedad azuleña.
El desempeño de esta noble mujer quedó plasmado, en primer lugar, a través del ASILO DE HUERFANAS SAGRADO CORAZON.
Esta institución, que aún hoy funciona, fue fundada el 24 de Mayo de 1896. Su actual edificio de Avda. Perón y Rivadavia se inauguró el 16 de Junio de 1901, bajo la presidencia de la Sra. de Enciso.
Además, nuestra homenajeada condujo la Sociedad “Damas de Caridad del Sagrado Corazón de Jesús” entre 1896 y 1897; y entre 1901 y su fallecimiento, el cual se produjo el 26 de Enero de 1920.
También fue destacada su labor en el ASILO DE HUERFANOS SAN ANTONI0Enrique César Rodríguez
pte de la biblioteca Popular BartolomeJ Ronco
Historias con perfume de mujer
Articulo de Eduardo Aguero Mielhuerry
María Gómez, estoica
Por Eduardo Agüero
Mielhuerry
María Rosalía
Gómez nació el 4 de septiembre de 1867 en Carmen
de Las Flores. Fue bautizada diez días después por el sacerdote
Severino Soria. Sus padres fueron los porteños José María Gómez y Marta
Utrera, quienes se hallaban domiciliados en la vecina ciudad. El
matrimonio tuvo al menos otros cinco hijos: Adolfo Fabio, Juana,
Rosario,
Julia
y Narciso.
Siendo
aún muy jovencita, María conoció en su pueblo natal al que en poco tiempo se
convertiría en su esposo, el porteño José Antonio Enciso, más de diez
años mayor que ella.
Unidos
en sagrado matrimonio se radicaron en Ranchos -actual Partido de General
Paz-, donde se instalaron debido a las ocupaciones comerciales de Antonio.
Apenas pasaron unos meses cuando el hogar se vio bendecido con la llegada de la
niña Delia
Marta que nació el 3 de junio de 1887 y fue bautizada en la Iglesia Nuestra Señora del Pilar de los Ranchos
el 9 de septiembre del mismo año.
Empero
la desgracia inmediatamente opacó toda felicidad. La pequeña enfermó de meningitis
y murió con apenas siete meses de edad, el 3 de enero de 1888. Todo aquello que
supo ser sonrisas y dicha se perdió en el oscuro mundo de la zozobra y el
dolor. La pareja quedó destruida.
Sin
embargo, tal vez las eternas oraciones de María o su inconmensurable
generosidad lograron un nuevo milagro. El 9 de agosto de aquel año que había
empezado fatídicamente, en la Capital Federal, nació Antonio Pastor.
El matrimonio
Enciso-Gómez volvió a radicarse en Ranchos y allí bautizaron al bebé en la Iglesia
local, el 20 de mayo de 1889. La vida parecía encarrilarse nuevamente, pero
vaya uno a saber qué vuelta del destino o qué infame designio hizo que la
muerte volviera a relamerse… El pequeño Antonio Pastor murió repentinamente
sumiéndola en la terrible realidad de haber perdido a sus dos hijos.
Pero los
infortunios no terminarían ahí para María. El 6 de septiembre de 1889, en el
Hotel Universal de la ciudad de Tucumán, José Antonio Enciso, de 34
años, después de un triste accidente doméstico, falleció por gangrena. Antonio
se hallaba en la capital tucumana impulsado por su labor como comerciante. Fue
sepultado en el Cementerio del Oeste de aquella localidad.
Así, con algo
más de veinte años, María Rosalía Gómez de Enciso, en un abrir y cerrar de
ojos, se quedó absolutamente sola. Sólo Dios fue su sostén…
Enseñar a pesar del dolor
Una imprecisa
mañana, María llegó al Azul en tren…
A pesar de que
tenía garantizado un buen “pasar económico”, su inquebrantable decisión de
servir a la comunidad la llevó a convertirse en maestra de la Escuela
Normal. Allí conoció a varios de quienes como ella se convertirían en
destacadas personalidades de la ciudad como los hermanos Darhanpé (José María, Eduardo,
Victoria, Justina y Ernestina), Abelardo Cano, Víctor Nigoul, Luis
Robín, Amelia Elizagaray y Ángela Di Ferrante, entre otros. A
su vez, entabló una estrecha amistad con María del Carmen Ducós, con quien
compartió no sólo la pasión por la docencia, sino también por la caridad y la
beneficencia.
Construyendo un hogar de
amor
El 19 de
marzo de 1890, Monseñor Agustín Boneo realizó su segunda visita
pastoral a Azul. Llegó acompañado del subdirector del Apostolado de la Oración
en el país, presbítero Bartolomé Más. Ambos se reunieron con el padre Luis
María Cambra y las “celadoras” o miembros del Apostolado local: María
Gómez de Enciso, Eufemia Bargas, Filomena O. de Peñalva, María Klein,
Paula Mármol, Rosa R. Silva, Berna Mármol, Justina Leal de Leyría, Felisa
Ballesteros, Juana Ball, Adelina Ballesteros, Ercilia Muñoz, Valentina
Ballesteros, Paula G. de Rodríguez, Rosa Domínguez, Pilar P. de Domínguez,
Virginia Claro, Fortunata Ballesteros, Eduviges Luna, Dorotea Bargas, Juliana
Leal, María Ballesteros.
El “Apostolado
de la Oración” se había fundado en la Iglesia de Azul el 14 de
noviembre de 1886. Su objetivo primordial era promover la fe y el amor al
Divino Corazón de Jesús, a través de la oración, y por otro lado, la
consagración a obras de caridad, principalmente ligadas a los niños huérfanos.
De acuerdo a los
objetivos fijados en los estatutos del Apostolado, formaron la comisión de “Damas
de Caridad del Sagrado Corazón de Jesús”. María Gómez de Enciso,
modestamente, ocupó un lugar como vocal dentro de dicha sociedad.
El 24 de mayo de
1896, las “Damas de Caridad…” fundaron el Asilo de Huérfanas “Sagrado Corazón”,
cuya primera ubicación fue en la esquina de las calles Gral. San Martín y
Rivadavia, propiedad que le alquilaban a Mariano Roldán (dicha vivienda, en
la actualidad, es la que conocemos como “Casa Ronco”).
Después de
algunas mudanzas y de gastar bastante dinero en alquileres, surgió la idea adquirir
un terreno donde edificar una sede propia. Por iniciativa del Padre Manuel
Pujato, en julio de 1899, se le compró a Antonio Lanusse el solar ubicado en la
calle Rivadavia entre Benito Juárez y Av. Tapalqué (es decir, entre las
actuales Gral. Julio Roca y Av. Pte. Gral. Juan D. Perón).
La Piedra
fundamental del Asilo de Huérfanas fue colocada el 8 de diciembre de 1899, día
de la Inmaculada Concepción. Visiblemente emocionada, María Gómez de Enciso fue
una de las madrinas de la ceremonia.
Siguiendo los
planos del Ingeniero Juan Ochoa, la costosa construcción se fue realizando por etapas,
siendo la parte más antigua la que se erigió sobre la calle Rivadavia, que fue
inaugurada el 16 de junio de 1901. Por entonces -desde el 1 de enero de ese año-,
era presidenta de la sociedad de “Damas…” la infatigable y estoica María... La
inauguración fue una verdadera fiesta en la cual se repartieron quinientas
medallas recordatorias.
María condujo la Sociedad “Damas de Caridad del Sagrado
Corazón de Jesús” desde el 1 de enero de 1901 hasta enero de 1920, es decir,
por siete mandatos consecutivos, siempre elegida por unanimidad de los votos de
la Comisión.
Un santo
entre los azuleños
La fría tarde del 13 de Julio de 1903, en el
Ferrocarril Sud, el joven sacerdote César Antonio Cáneva llegó a nuestra
ciudad para hacerse cargo de la parroquia. Todo su capital estaba constituido
por una enorme Fe y una imagen de la Virgen de Luján que trajo bajo el
brazo.
Era un joven nacido en Carlazzo, Italia, el 27 de Marzo de 1874; tras la
muerte de su madre, a temprana edad había llegado con su padre y sus dos
hermanas a la Argentina.
Había iniciado sus estudios y al despertarse su férrea vocación
religiosa, ingresó al Seminario de Buenos Aires. Más tarde, fue ordenado
sacerdote el 21 de diciembre de 1901 en la iglesia de San Ponciano de La Plata,
donde el día de Navidad celebró su primera Misa.
Su tarea en Azul no fue sencilla. En 1900 se había comenzado a construir
un nuevo templo, pero con el correr del tiempo la obra se hallaba paralizada.
El nuevo siglo y el Sacerdote
trajeron cambios muy profundos para la ciudad. Carismático y campechano, Cáneva supo “ganarse” a la
comunidad. Y así, el 7 de octubre de 1906, a tan sólo
tres años de su llegada logró inaugurar el neogótico templo de la Iglesia
Nuestra Señora del Rosario y San Serapio Mártir como supo ser desde antaño.
Sin embargo, a pesar de ser la más conocida, la obra de la actual
Catedral no fue su única preocupación ni su único legado. Y tampoco estuvo
solo. Supo congregar a su alrededor un excelente equipo de personas cuyo
objetivo primordial era asistir a los desamparados. Entre ellos, sin dudas,
sobresalió María Gómez de Enciso, quien formó, junto a muchas otras
mujeres como Ernestina Darhanpé o Justa Gallardo, la “Comisión de Damas” cuyo objetivo principal
era la recaudación de fondos para la construcción del nuevo templo azuleño.
Hermanas Azules
El 17 de octubre
de 1907, llegaron a Azul diecinueve Hermanas de la Congregación de la Inmaculada
Concepción (habían arribado a Buenos Aires a bordo del “Magallan” desde Francia, previa escala
en Lisboa). Fueron recibidas por María Gómez de Enciso, presidenta de las
“Damas…”, y el Padre César Antonio Cáneva. Marie Alphonse Rheit se convirtió en
la primera superiora de la casa y a su vez y desde ese momento, en la primera
superiora provincial de Argentina. También llegaron con ella Sylvie Azais,
Saint Emile, Saint Robert, Francois de Borgia, Marcellin y Clementine, entre
otras.
Las Hermanas Azules, con el
impulso irrefrenable del Padre Cáneva y el apoyo incondicional de María Gómez
de Enciso, lograron inaugurar el 15 de marzo de 1908 el Colegio Inmaculada Concepción. Y así comenzó una tarea mancomunada que se extendió en el tiempo por
más de ochenta y cinco años…
Una nueva y monumental obra
El 17 de marzo de 1904 se reunió
la Comisión Directiva de la “Pía Unión de San Antonio”, la cual
era presidida por la señora Úrsula Vásquez de Zapata. En dicha reunión se hizo
evidente la necesidad de fundar un asilo para niños huérfanos, a imagen y
semejanza del “Sagrado Corazón” dedicado a las niñas.
En 1906 se concretó la compra del
terreno ubicado en la calle Dolores entre Entre Ríos y Córdoba (las actuales
Gral. Francisco Leyría entre Dr. Alfredo Prat e Intendente Dr. Ernesto M.
Malére).
El 2 de junio de 1907 se colocó
la Piedra fundacional, bendecida por el Obispo de La Plata, Monseñor Francisco
Alberti. A pesar de la fría jornada, una nutrida concurrencia acompañó la
ocasión en la que la señora Vásquez de Zapata hizo uso de la palabra. A su
lado, el Padre Cáneva sonreía henchido de emoción frente a la gran obra que
avizoraba en beneficio de la comunidad y los más desprotegidos.
Tras varios contratiempos, el Asilo
de Huérfanos “San Antonio”, fue inaugurado el 1 de octubre de 1911,
bajo la presidencia de María Gómez de Enciso, quien sumó así una obra más al
servicio de los más necesitados y en especial de los niños sin hogar.
El Asilo procuró la educación de
los niños desde una faz práctica, por ejemplo, en su imprenta se confeccionaba “La
Revista”, órgano de difusión de las diversas obras. Éste semanario, que
alcanzó los dos mil ejemplares por número, comenzó a publicarse en abril de
1915 y tuvo una existencia de más de treinta y cinco años. Vale destacar que
todo lo producido por la venta de la misma estaba destinado a los dos Asilos.
Algún
tiempo después, gracias a la contribución de la señora Rufina de Martínez Berdes,
el 5 de noviembre de 1916, se inauguró la iglesia de “San Antonio”.
Desde entonces,
cada día fue convertido en la excusa perfecta para contribuir de una u otra
manera a mejorar el estilo de vida de los jóvenes hospedados en los orfanatos.
Socios bienhechores, rifas, bazares de caridad, conciertos, subvenciones,
legados y donaciones “anónimas” fueron varios de los recursos que ayudaron a
prosperar a los Asilos.
El final de un fructífero
camino…
María fue una
mujer piadosa. Perdió a toda su familia, pero supo recuperarlos en cada sonrisa
que le devolvían aquellos centenares de niños y niñas huérfanos a los que ayudó
denodadamente hasta el límite de sus fuerzas. Todo abandonó en su afanosa lucha
por el bienestar de los desamparados, pero jamás dejó de lado sus nobles
ideales y su profunda fe en Dios…
A causa de una peritonitis, María Rosalía Gómez de Enciso
falleció en su domicilio de la calle Bolívar 575, en Azul, el 26 de
enero de 1920. Tenía cincuenta y dos años de edad y un enorme y bello
rosario de obras dedicadas a la caridad.
Mediante su última voluntad legó todos sus bienes a
obras de beneficencia.
En su sepelio hablaron la maestra María del Carmen Ducós,
el diputado Provincial Dr. Agustín J. Carús y el carismático
Padre César A. Cáneva, con quien había trabajado codo a codo en
beneficio de la comunidad azuleña.
lunes, 2 de agosto de 2010
Manuel Chaves y Señora

nicho en el cementerio de Azul, donde descansa Chaves y señora
En septiembre de 1955, la Republica se vio conmocionada por el estallido de un golpe de estado que mas tarde se dio en llamar Revolución Libertadora. Gobernaba el país el general Juan Domingo Perón, y si bien había dado y hecho mucho por los obreros, dignificándolos. En los últimos tiempos se había excedido en el tratamiento hacia la oposición dejando de lado las prácticas democráticas.
El mayor opositor, dentro de las fuerzas armadas, la marina era la más virulenta y la que mayor animadversión hacia el gobierno mostró.
Producido el golpe de estado, el 16 de septiembre,la marina no solo, amenazo con bombardear poblaciones indefensas, sino que arraso con los opositores al golpe d e estado.
Acá en azul protagonizo un o de los más sanguinarios y aberrantes actos.
Fusilo y masacro con increíble saña, al entonces Secretario General de la CGT Regional Azul, don Manuel Chávez.Un dirigente gramial serio y honesto dedicado a su funcion de Secretario de la CGT Regional
Veamos algunos datos biográficos:
Nació un 18 de julio de 1913, en General Guido Pcia de Buenos Aires sus padres fueron Jorge Chávez y doña Josefa Mateo, sus primeros años en su pueblo natal, al decir de sus amigos, no era un joven de divertirse, sino era mas bien retraído y trabajador, ayudando a sus padres en las tareas diarias.
A los treinta años ingreso en la Policía, en la comisaría de su pueblo, algunos memoriosos, recuerdan a ese joven que al terminar su trabajo se iba directamente a su casa y de allí al comenzar el día marchaba a su trabajo; tenia muchas veces que llevar hasta Sierra Chica, a detenidos conociendo asi a la que seria su esposa.
Aun hoy como ocurre con Sanfilipo, el pueblo de Azul le debe el merecido homenaje a su trayectoria, aunque una calle lleve su nombre
fuente: diario el tiempo
conversaciones son los hijo
Manuel Chaves, un mártir del justicialismo
26 de abril de 2015 a las 11:12
Las calles del Azul
Manuel
Chaves, un mártir del justicialismo
La centésima quinta calle de nuestro recorrido, en 1974, fue
nombrada como Manuel Chaves, en homenaje al secretario general de la A.T.E. y
la C.G.T. brutalmente asesinado en 1955 durante las primeras jornadas del golpe
de Estado producido por la autoproclamada “Revolución Libertadora”.
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
Trabajo declarado de Interés Legislativo y Comunitario por
el Concejo Deliberante de Azul.
El 25 de marzo de 1879, a través del Decreto N° 183, el
Presidente de la Corporación Municipal de Azul, Federico Julián Olivencia, le
impuso nombres a las apenas 36 calles que tenía el pueblo, denominadas hasta
entonces con números romanos.
Nueve años más tarde la ciudad había crecido de manera
sustancial, por lo que fue necesario trazar y denominar nuevas calles. Así fue
como, el 4 de marzo de 1888, el intendente Pedro Oubiñas promulgó el Decreto N°
354 que establecía las denominaciones de ocho arterias y se nombraron como
“avenidas” a dos calles preexistentes.
Entrado el siglo XX, el crecimiento poblacional y la
dispersión de construcciones dentro de la forzosamente ampliada cuadrícula
urbana, conllevaron a la imperiosa necesidad de trazar nuevas arterias para
facilitar la circulación y desarrollar ordenadamente el ejido de Azul.
A través de la Ordenanza N° 782, del 18 de octubre de 1924, el Honorable Concejo
Deliberante, por unanimidad, le impuso nombres a veinte nuevas calles abiertas
y/o rectificadas en su trayecto. El proyecto había sido presentado y tratado
por una Comisión especial integrada por Eduardo Berdiñas, Gregorio Motti,
Francisco Gilardoni y Pedro Guiraut. Días después, éste último, que era el
intendente Municipal de aquel entonces, la promulgó.
Los años ’40 trajeron aparejados varios cambios de denominación para las calles
azuleñas y algunas incorporaciones. En el segundo semestre de 1942, durante la
administración del intendente José María Peluffo, se denominaron cinco avenidas
(tres de ellas de circunvalación). Y algunos años más tarde, en 1949, el
intendente Ernesto María Malére sancionó la Ordenanza N° 88 a través de la cual
se designó con el nombre de Rastreador Fournier “a un tramo de calle adyacente
al Parque Municipal”, la calle hasta entonces más corta en su recorrido de
Azul.
Pasada la mitad del siglo XX, el crecimiento poblacional y
la dispersión de construcciones dentro de la forzosamente ampliada cuadrícula
urbana, conllevaron a la imperiosa necesidad de trazar nuevas arterias para
facilitar la circulación y desarrollar ordenadamente el ejido de Azul.
Mediante el Decreto-Ordenanza del 12 de noviembre de 1956,
firmado por el Comisionado Guillermo Rodolfo Sarmiento, se le impusieron
nombres a quince nuevas calles de la ciudad.
La disposición fue promulgada el 27 de diciembre del mismo
año a través del Decreto 23.777/56 de la Intervención Nacional y recién se
hicieron efectivas las imposiciones el 3 de enero de 1957. Las denominaciones
de entonces fueron propuestas por la “Comisión Municipal de Investigaciones
Históricas del Partido de Azul”, a cuyo frente se hallaba el historiador
azuleño Vicente Porro quien contaba con la incansable colaboración de la
poetisa María Aléx Urrutia Artieda.
Empero Azul siguió creciendo y así en los años ’60 llegaron
dos nuevas denominaciones Juan Bautista Justo y Carlos Pellegrini, dos
personalidades de peso en la política nacional que marcaron indudablemente
nuestra historia. Ambos nombres fueron impuestos durante la administración del
intendente designado Julio Villanueva.
Al iniciarse la década del ’70, Azul vivirá una interesante etapa de expansión
en una época compleja. La primera nueva denominación que aparecerá en la
cuadricula urbana será General Martín Miguel de Güemes, nombre que se le impuso
mediante el Decreto del 14 de junio de 1971 a la otrora Avenida Humberto I
entre el puente sobre el Arroyo Azul y la calle General Escalada (límite este
último que será corrido en la práctica hasta la calle Cabo Daniel González).
Luego surgirán dieciséis arterias en el flamante “Barrio
Banco de la Provincia de Buenos Aires”, inaugurado el 7 de noviembre de 1970 y
que el 14 de junio del año siguiente recibió el nombre de “General Martín
Miguel de Güemes” (mediante el mismo decreto que denominó a la avenida). Los
nombres elegidos mediante el Decreto del 9 de junio de 1972 fueron: Perú,
Ecuador, Colombia, Guyana, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras,
El Salvador, Guatemala, Chile, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia.
El 5 de septiembre de 1974, durante la administración del
intendente electo Juan Carlos Peralta Reyes, mediante la Ordenanza N° 147, la
prolongación de la calle San Martín -convertida en avenida-, recibirá el nombre
del sindicalista asesinado en Azul, Manuel Chaves. Poco después, el mismo
intendente bautizó, mediante la Ordenanza 271 del 21 de julio de 1975, a la
Calle N° 2 con el nombre de Maestras Azuleñas.
El 23 de septiembre de 1976, mediante la Ordenanza N° 362,
se impondrán los nombres de Tierra del Fuego y Antártida Argentina a dos calles
de breve recorrido al Oeste de la Avenida 25 de Mayo hasta la calle General
Uriburu (actual De Paula), entre Formosa y Misiones, la primera, y entre Mesura
y Darhanpé, la segunda.
Las últimas tres calles de la década surgirán mediante el
Decreto N° 441 del 16 de diciembre de 1979, que impondrá los nombres de
Teniente de Marina Eduardo O´Connor, Teniente Coronel de Marina Erasmo Obligado
y Comodoro de Marina Luis Py.
Siguiendo la Ordenanza N° 18
Considerando la Ordenanza N° 18, mediante la cual el
intendente Ernesto María Malére había implantado un sistema numérico arábigo
para la denominación de las arterias azuleñas, a la que desde antaño era la
calle General José de San Martín, se le impuso el número 27.
Cabe recordar que según la disposición sancionada por el
Concejo Deliberante (8 de julio de 1953) y promulgada poco después por el
Ejecutivo (el día 11 del mismo mes), se enumeró del 1 al 59 a las calles
paralelas a la Avenida Intendente Juan José Mujica (que le correspondía el 1) y
del 60 en adelante desde la primera arteria paralela a la Ruta Nacional N° 3.
Sin embargo, como en otras oportunidades hemos aclarado, el
sistema numérico no tuvo buena aceptación en la comunidad y aunque se podría
decir que aún hoy convive con el sistema nominal -pues la Ordenanza nunca fue
derogada-, ya nadie lo usa, quedando hecha la salvedad en cuanto a las calles
que por nombre llevan un número desde entonces.
Años más tarde, como ya se mencionó, en el mes del décimo
noveno aniversario del homicidio del sindicalista, siendo Presidente del
Concejo Deliberante Miguel Diab, a través de la Ordenanza N° 147 sancionada por
el intendente Juan Carlos Peralta Reyes, la prolongación hacia el Oeste de la
arteria General José de San Martín recibió el nombre de Manuel Chaves desde el
puente sobre el Arroyo Azul hasta su cruce con la Ruta Provincial N° 51, siendo
todo este trayecto de doble mano de circulación (actualmente sólo desde la
calle De las Cautivas hasta la ruta).
Una cuna humilde
Manuel Víctor Chaves nació el 18 de julio de 1913 y fue
bautizado el 19 de mayo de 1915, en General Guido provincia de Buenos Aires.
Sus padres fueron Jorge Chaves (nacido en Dolores, Buenos Aires) y doña Josefa
Mateo (nacida en Santiago de Arenas, España), quienes se habían unido en
matrimonio el 10 de abril de 1911. La pareja tuvo además dos hijas: Paulina
Adelina (18 de mayo de 1912) y Josefa Antonia (18 de marzo de 1921).
La familia se radicó en la zona aledaña a la estación
ferroviaria de Guido; vivieron en la calle Belgrano casi esquina Alem. Su padre
prestaba servicios en campos de la zona -siendo cocinero en al menos tres
estancias-, y su madre también colaboraba dedicándose además a las tareas del
hogar.
Cursó el primario en la Escuela N° 1 Domingo F. Sarmiento.
Durante su juventud demostró ser un joven trabajador, un tanto retraído, pero
excelente amigo.
En los años ’30 ingresó en la Policía, en la comisaría de su
pueblo como suboficial, siendo pronto ascendido a oficial escribiente. Dado su
empleo, en reiteradas oportunidades trasladó presos a Sierra Chica y fue allí
donde conoció a Roque Jacinto Mármol, quien se convirtió rápidamente en su
amigo y tiempo después en su cuñado.
El 28 de enero de1939, en Olavarría, Manuel Chaves contrajo
matrimonio con Amalia Damiana Mármol (hija de Juan Evangelista Mármol y Damiana
Josefa Rosa Quiroga). La joven pareja se radicó en el hogar de los Chaves, en
Guido, y poco a poco, la familia se fue agrandando. Tuvieron cuatro hijos los
cuales nacieron en diferentes lugares: Rubén Omar (Dolores, 12 de febrero de
1940); Manuel Oscar (Olavarría, 11 de mayo de 1941); Carlos Ovidio (Hinojo, 19
de enero de 1943); y Angélica Amalia (General Guido, 28 de noviembre de 1945).
En 1945 Manuel perdió su empleo en la fuerza policial; sin
embargo, un pariente, que era funcionario de Juan D. Perón, a través del
Ministerio de Educación, le consiguió un nombramiento como bibliotecario en la
Escuela Normal de Azul.
Nuevos horizontes
Toda la familia Chaves se trasladó a la ciudad de Azul donde
Manuel se desempeñó en el cargo por al menos dos años. Al mismo tiempo, comenzó
a militar en las filas del Peronismo, que se desarrollaba en nuestro país
gestando cambios en todos los niveles sociales.
En pleno comienzo de una nueva etapa histórica, los
municipios iniciaron sus campañas políticas para las elecciones que se
realizaron el 14 de marzo de 1948. La atención de la comunidad azuleña se
polarizó entre el candidato de la Unión Cívica Radical y el del Peronismo.
Respectivamente, por un lado, el destacado y reconocido abogado Alfredo Prat,
de dilatada trayectoria política y laboral, y por el otro, el joven, también
abogado, Ernesto María Malére. Los discursos políticos fueron sumamente
profundos, pero la suerte estaba echada y el “huracán” peronista arrasó también
en Azul. El doctor Malére triunfó alcanzando 5.019 votos sobre los 3.891 de su
opositor.
Convencido del nuevo panorama planteado por Perón y Evita,
Manuel Chaves se afilió a la Asociación de Trabajadores del Estado (A.T.E.),
mostrándose inmediatamente interesado en la actividad gremial y por supuesto en
la propuesta que el presidente de la República estaba llevando a cabo en el país.
El 11 de noviembre de 1951 las urnas volvieron a expresar la
voluntad del pueblo. Malére fue el primer intendente de Azul en ser reelecto
para un segundo mandato consecutivo.
Destacándose en la central obrera, el 7 de octubre de 1953,
Manuel Chaves se candidateó para conducirla, empero el acérrimo peronista
Manuel López Roux obtuvo la victoria. Sin embargo, poco después éste renunció
dado que, además había sido electo Diputado provincial. Entonces, desde la
C.G.T. nacional se designó a Chaves al frente de la delegación regional, quien
asumió el 7 de diciembre. El 31 del mismo mes, Manuel Chaves recibió la
credencial como miembro del Subcomando Táctico del Partido Peronista de Azul,
en representación de la C.G.T. Azul.
A mediados de marzo de 1954, desde el Comando Estratégico
Peronista, se dio a conocer la nómina de candidatos que conformaban la lista
para las elecciones del siguiente mes. Alberto Rubens López Claro la encabezaba
como candidato a intendente, acompañado por Miguel Diab, Antonio Barbere y Manuel
Chaves, entre otros, como candidatos a concejales.
Los comicios del 25 de abril fueron una vez más auspiciosos
para el Peronismo y en especial el azuleño. El triunfo fue considerado
aplastante, pues el dirigente López Claro obtuvo 15.034 votos frente a los
9.080 que apoyaron a su opositor, el radical, Juan Manuel Carboni. Sin embargo,
la alegría de la victoria duró muy poco. Aquellos meses de espesa
turbulencia política no solo fatigaban sino que sobre todo preocupaban a
la dirigencia.
El 25 de septiembre de aquel año la C.G.T. Azul inauguró su propia Biblioteca,
a la que se llamó “Eva Perón”. El acto contó con la presencia de trabajadores y
dirigentes, siendo oradores en la ocasión el director de Bibliotecas del
Ministerio de Educación de la provincia, Miguel Ángel Torres Fernández, y el
delegado regional, Manuel Chaves.
El proyecto más ambicioso que impulsó la C.G.T. Azul conducida por Manuel
Chaves fue la construcción de un Estadio Obrero, el cual estuvo planificado
sobre cuatro manzanas ubicadas en el barrio Villa Fidelidad (a la altura de las
calles Gral. Manuel Escalada y prolongación Gral. San Martín -actual Av.
Chaves-). Las tierras eran fiscales y la Municipalidad las donó a la
organización sindical. El proyecto fue realizado por el azuleño Adolfo Godoy y
el monumental polideportivo (que incluía canchas de fútbol, básquet, tenis,
bochas, pista de atletismo, gimnasio, confitería, cine y teatro al aire libre,
pista de autos Midget, y hasta una Ciudad Infantil) llevaría el nombre de
“Presidente Perón”, pero el devenir de los acontecimientos lo dejaría
simplemente como un proyecto…
El Concejo Deliberante de Azul se renovó el 1 de mayo de 1955. Ese mismo día
asumió López Claro en medio de convulsiones político-militares que presagiaban
el final. A los pocos meses, esas tensiones militares que habían comenzado a
manifestarse cuatro años antes -con el apoyo del mundo político opositor al
Peronismo-, harían crisis culminando en la autoproclamada “Revolución
Libertadora”.
El 20 de septiembre de 1955 el derrocamiento de Perón fue inevitable y el
gobierno quedó en manos del Presidente de facto, general Eduardo Lonardi. En
Azul, el gobierno de López Claro, iniciado apenas cinco meses antes, se vio
interrumpido cuando él y sus colaboradores se vieron forzados a presentar sus
renuncias. El Contador Nacional Arrigó Kubik fue designado como encargado
administrativo de la Comuna.
Al día siguiente, por la tarde, llegaron al palacio municipal el segundo jefe
del Arsenal Naval Azopardo, capitán de corbeta de Infantería de Marina Gilberto
Antonio Sánchez, su ayudante teniente de navío Héctor Peralta y el capitán de
corbeta Enrique Ortega. El primero de ellos fue quien se impuso al frente del
Municipio.
Varias personas habían sido citadas para presenciar la toma del poder comunal
por la Marina de Guerra. Entre los invitados asistieron Manuel Chaves como
delegado regional de la CGT y los doctores Palmiro Bartolomé Bogliano y José
María Caputi Ferreyra. La historia tomaría otro rumbo desde entonces…
Una muerte injusta
La noche del 22 de setiembre de 1955 Manuel Chaves fue a la
Comisaría a ver al jefe de la misma, González, para averiguar si había alguna
orden de detención que pesara sobre él. El Comisario le informó que no;
únicamente, al día siguiente, tenía que entregar las llaves de la C.G.T. al
capitán de corbeta Sánchez.
Manuel llegó a su domicilio poco después de las diez de la
noche, donde lo esperaba su familia para cenar. Su hogar, ubicado en la calle
Córdoba N° 869 (actual Intendente Ernesto M. Malére), era humilde, pequeño;
junto a su esposa y sus cuatro hijos vivía en una casa alquilada, de las
denominadas “martillo”, con el corredor que daba a la calle, una estera que
impedía la visión desde afuera y un paredón bajo al frente.
Pasadas las once de la noche, mientras estaban de sobremesa
-tomando un té- y los dos hijos más pequeños ya dormían, oyeron que golpeaban
las manos. Amalia salió parsimoniosamente a atender y quedó sorprendida ante el
tumulto en la calle de hombres de la Marina. Habían rodeado la manzana.
Cuando estaba a punto de salir, escuchó que afuera gritaron:
“¡Queremos a Chaves!”. Y tras un instante de silencio e incertidumbre dos
disparos quebraron la paz de la noche. El candado que trababa la puerta voló
por los aires…
Chaves atinó a indicarle a su hijo mayor que salte el
paredón hacia el domicilio de los vecinos e inmediatamente se encaminó hacia el
frente de su hogar pensando que habían matado a su esposa.
Para entonces, el sobrino que los acompañaba ya había sido
sacado hacia la calle y su esposa y sus tres hijos habían sido encerrados en
una de las piezas. Al regresar de la parte trasera de la casa y llegar al
corredor, Chaves se encontró con los hombres de la Marina en su patio. Casi sin
mediar palabras, entre las sombras, lo acribillaron a balazos...
El teniente de navío Carlos Alberto Heredia fue quien
efectuó los disparos al dirigente desarmado y desconcertado por la abrupta
irrupción.
Cuando Rubén, que había saltado a la casa del vecino,
escuchó las ráfagas de tiros, decidió volver. Encontró a su padre agonizando en
el suelo y sólo atinó a abrazarlo…
El cadáver de Manuel Chaves estuvo tirado en el corredor de
su casa hasta las seis de la mañana. Idilio Pedro Giarola, un dirigente del
peronismo azuleño, junto con el subdelegado “cegetista” Rodolfo Godoy, fueron
quienes llegaron hasta la casa de los Chaves e iniciaron los trámites del
funeral. Doña Amalia y sus hijos no salían de su conmoción…
El dirigente fue velado en su dormitorio mientras aún afuera
se evidenciaban los daños producidos por los proyectiles.
El Comando Militar de Azul de la “Revolución Libertadora”
brindó públicamente su versión “oficial” del hecho: “Se informa a la población
de Azul que, siendo aproximadamente las 23:30 horas y cuando se realizaba una
investigación respecto a la tenencia ilegal y desautorizada de armas de fuego
ocurrió un lamentable acontecimiento. Al resistirse armado y hacer fuego sobre
las autoridades que solicitaban la información precedente, resultó muerto el
señor Manuel Chaves. De inmediato la Policía Regional inició las actuaciones
pertinentes con la intervención del señor Juez Federal Jorge A. Zavala
Rodríguez”.
El sepelio fue realizado el 24 de septiembre por la tarde en
el Cementerio Central, previo responso en la Parroquia San Antonio de Padua.
Poco después, de acuerdo con numerosas versiones, se supo que los hombres de la
Marina irrumpieron en la casa de los Chaves alertados por la denuncia que
formuló un vecino, Salvador Padilla, acérrimo antiperonista, quien habría
afirmado que “en la casa de Manuel había una reunión de la C.G.T. y que había
armas”. Mentiras y odios absurdos que provocaron la muerte de un inocente.
EXCLUSIVO
El Expediente sobre la muerte de Manuel Chaves que custodió
Isaac Rojas durante medio siglo
Por Marcial Luna
El expediente iniciado como consecuencia del fusilamiento de
Manuel Chaves no se había extraviado ni incinerado durante alguno de los
procesos militares posteriores a 1955. Durante la investigación que realicé
para el libro, en la década del '90, tanto en la Justicia Federal como en
diversos organismos de las fuerzas armadas se me informó que esa documentación
había sido destruida. Sin embargo, en noviembre de 2014 el Ministerio de
Defensa de la Nación hizo público el archivo reservado de uno de los cabecillas
del golpe militar de 1955: el almirante Isaac Rojas.
Entre la significativa documentación recuperada se encuentra
el expediente «Chaves», identificado como ARA DGH 26-1030 (R) C de 1955, cuya
copia ahora se encuentra en mi archivo personal. Este expediente,
fundamentalmente de instrucción a través de la justicia militar, contiene
múltiples elementos que vienen a confirmar la investigación realizada para el
libro que titulé Chaves, el primer asesinato de la “Revolución Libertadora”, y
que fuera editado en 1994 por este diario, como primera edición, y en 2013, por
CTA Ediciones, a nivel nacional, lo cual permitió presentarlo en sitios
emblemáticos para cualquier autor, como es el caso de la Biblioteca del
Congreso de la Nación y de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
En 2015 se publicará la edición definitiva del libro
“Chaves”, con la incorporación de un capítulo referido al contenido del
expediente que estuvo en manos de Isaac Rojas. Así, concluirá la investigación
que comenzó en 1994, con el primer testimonio brindado por los hijos del
sindicalista fusilado el 22 de septiembre de 1955 en Azul y que también se
publicó, como adelanto, en EL TIEMPO.
En “custodia”
La información recobrada tiene, por lo menos, una doble
importancia: por un lado se trata de la «causa Chaves» hasta ahora desconocida
y ocultada y, por el otro, ha estado preservada bajo siete llaves personalmente
por uno de los máximos responsables de la «Revolución Libertadora». Es decir,
demuestra que el caso del asesinato de Manuel Chaves ha sido lo suficientemente
importante para el almirante Isaac Rojas como para mantenerlo bajo celosa
«custodia» durante cincuenta y nueve años. Incluso trascendiendo el tiempo de
su propia muerte, ocurrida en 1993, puesto que recién en 2014 se logró la
apertura de su archivo personal.
El expediente «Chaves» tiene dos etapas claves: la primera,
desarrollada en la órbita del Juzgado Nacional (ahora Federal) con asiento en
Azul durante 1955 y luego, a partir de que el magistrado declara su
«incompetencia», la segunda etapa, con instrucción en la Justicia Militar.
Incompetencia
Hay datos fundamentales en esta causa. El primero de ellos,
si se tiene en cuenta que la muerte de Chaves se produce durante la noche del
22 de septiembre, es que el sumario de inicia el día 23 de septiembre de 1955,
a cargo del Juzgado Nacional de 1ra. Instancia con sede en Azul. Al día
siguiente, 24, el juez nacional declara su incompetencia, rápidamente. A partir
de entonces el caso quedará en manos del Juzgado de Instrucción Militar,
dependiente de la Marina de Guerra, en el marco de la «Revolución Libertadora»
que tomó el poder nacional a través de un golpe de Estado el día 16 de
septiembre de 1955. La auditoría emitió el dictamen 2428 el 31 de octubre del
’55 y la ratificación militar llegó el 12 de diciembre, con lo cual concluye la
causa «Chaves» con el sobreseimiento de los marinos involucrados en el piquete,
si bien luego se adoptaron algunas medidas administrativas más, como por
ejemplo el archivo del expediente. Pocas causas lograrán un trámite tan
expeditivo como en este caso.
Partícipes
El expediente permite conocer la totalidad de los nombres de
los militares intervinientes, tanto en el operativo realizado en la vivienda
del sindicalista Manuel Chaves, como en la tramitación del expediente.
Comencemos por el Juzgado Nacional de Primera Instancia, Criminal y
Correccional, con asiento en Azul:
Juez Nacional: Dr. Jorge Zavala Rodríguez
Procurador Fiscal: Dr. Julián R. Esteves
Defensor: (espacio en blanco, no se consigna a nadie)
Secretario: Sr. Juan Carlos Martínez Alcorta
A partir del golpe dado por la «Revolución Libertadora » el
nuevo Jefe Militar del Distrito de Azul fue el Capitán de Corbeta de Infantería
de Marina Gilberto Antonio Sánchez.
Los militares que intervinieron en el operativo del 22 de
septiembre en el domicilio de Chaves fueron los siguientes:
Cap. Corb. Médico Enrique Ortega; Tte. Navío I.M. Dardo
Carmelo de la Canal; Tte. Corb. I.M. Alberto Rafael Heredia; Tte. Corb.
Contador Miguel Alfredo Ferreyra; Subof. Ppal. (Ejérc.) Heraclio Bargione;
Subof. Pro. (Ejérc) Orlando Alejandrino Colman; y los conscriptos clase 1934
Isidro Tomás Rodríguez, Juan Weis, Otilio Altamirano y Rodolfo Benítez.
Los responsables de instruir el sumario fueron los
siguientes marinos:
- Capitán de Fragata (R.A.) Álvaro Gómez Villafañe
- Teniente de Corbeta (RA) Adrián Lorenzo Lastreto,
Secretario.
- Jorge E. Perren, Capitán de navío, Comandante Superior del
Sector de Puerto Belgrano.
La causa «Chaves» permanecerá en desarrollo y custodia del
Ministerio de Marina a través de la Dirección General del Personal Naval. El
expediente recuperado lleva las firmas de los siguientes marinos en 1955:
- Blas de Achaval, Capitán de Navío Auditor, Jefe
Departamento Auditoría.
- Rafael Bronenberg, Capitán de Fragata, Pro-Secretario.
- Héctor R. Puig Moreno, Capitán de Fragata, Jefe del
Departamento de Armas, Dirección General del Material Naval, División Artillería.
- Julio Brandan Aráoz, Capitán de Corbeta Auditor, Jefe
División Auditoría.
- Raúl H. Fernández Schoo, Teniente de Navío, Jefe Dirección
General del Personal Naval.
- Jorge E. Perren, Capitán de Navío a cargo del Comando de
la Base Naval Puerto Belgrano.
- Roberto H. Barraco Mármol, Teniente de Fragata, Auditor de
la Base Naval Puerto Belgrano.
- Carlos A. L. Bourel, Capitán de navío a cargo de la
Dirección General, Dirección de Personal Naval y Ministerio de Marina.
- Víctor Fernando Lestanguet, Coronel Auditor, Auditor
General de las Fuerzas Armadas (Ejército Argentino - Auditoría General de las
Fuerzas Armadas).
- Néstor O. Pozzi, Capitán de Corbeta, Ayudante Secretario,
Puerto Belgrano.
La Junta de Reconocimientos Médicos estuvo conformada desde la
Inspección General de Sanidad y se llevó a cabo en el Hospital Naval de Buenos
Aires. Los responsables médicos fueron los siguientes:
- Ciriaco F. Cuenca, Capitán de Navío Médico, Vocal.
- Emilio F. P. Bonnet, Capitán de Navío Médico, Presidente.
- Luis A. Di Yiorio, Capitán de Fragata Médico, Vocal.
- Antonio Oscar Etcheverry, Capitán de Fragata Médico,
Vocal.
- Roberto F. I. Cañas, Capitán de Fragata Médico, Vocal.
Los interventores del sindicato ATE en el golpe de Estado de
1955 y que intervienen en el expediente «Chaves»:
- Antonio E. Pelejero, Mayor - Interventor en ATE.
- Hugo Alberto David, Interventor ATE Azul
Declaración de la viuda de Chaves
Amalia Mármol de Chaves, la esposa del sindicalista azuleño
muerto por un piquete de la “Libertadora” declaró ante la instrucción judicial
el día 23 de septiembre de 1955.
Por primera vez se publica su testimonio: “(...) la
Instrucción se constituye en la finca de la calle Córdoba número ochocientos
setenta y siete de esta ciudad perteneciente a la familia de Pedro Palmisano,
lugar éste donde se hace comparecer a la señora Amalia Mármol de Chaves, la que
prestó juramento de Ley de decir verdad y manifestó llamarse como queda dicho,
ser argentina de 41 años de edad, instruida, se ocupa de los quehaceres de su
hogar y domiciliada en la calle Córdoba número 869 de ésta Ciudad; aclara
comprenderle las Generales de la Ley para con la víctima de autos Manuel Chaves
por ser la esposa legítima de éste pero no obstante lo cual promete nuevamente
ser veraz en sus dichos. Y respondiendo a preguntas que se le formulan
relacionadas en un todo con el hecho que se investiga, dijo: que ayer siendo
aproximadamente las veintidós horas llegó a su domicilio su extinto esposo, que
lo hacía procedente del centro de la ciudad y después de cenar en unión de
todos los de la familia como tiene costumbre hacerlo, cerró con candado la
puerta de acceso de la verja que da a la calle, disponiéndose a acostarse; que
en tal circunstancia y siendo más o menos las veintitrés horas sintió golpear
las manos, saliendo la declarante pudiendo observar que en la vereda, frente a
la puerta, había dos personas que al parecer vestían ropas militares,
pidiéndole a la dicente que abriera enseguida la puerta lo que no pudo hacer de
inmediato en razón que la llave en ese momento no se encontraba en su poder
pues estaba colgada debajo del corredor; que seguidamente sintió un disparo de
arma de fuego y las dos personas que mencionó penetraron al interior de la
finca no pudiendo precisar por (qué) parte lo hacían, llegando junto a la
dicente que se encontraba debajo del corredor preguntándole insistentemente por
su esposo y en tal circunstancia éste, es decir su esposo, salió del interior
de la cocina, donde había ido en busca del reloj, sintiendo la dicente un
disparo de arma que partía de una de las dos personas que se encontraban a su
lado y a la vez uno de éstos la tomó del brazo y la introdujo dentro de la
habitación que (da) a la cocina, encerrándola tomando el picaporte del lado de
afuera. Que pasado el primer momento de confusión consiguió salir al corredor
de la casa observando que su esposo se encontraba caído debajo del corredor”.
Informe sobre el cadáver
La descripción científica y, en consecuencia, minuciosa de
las heridas en el cuerpo de Manuel Chaves, fue realizada por el médico
policial. Es necesario transcribir dicho documento: “Señor Comisario: Informo a
Ud., bajo juramento de ley, que he examinado al cadáver de Manuel Chaves, el
que presenta las siguientes lesiones: herida de bala con orificio de entrada en
la región axilar derecha con una dirección de abajo hacia arriba y de derecha a
izquierda con orificio de salida a nivel del cuello en su cara lateral derecha
y siguiendo la trayectoria penetra nuevamente en el cuello cerca de la región
maxilar inferior, atraviesa la base del cráneo y tiene su orificio de salida en
la región parieto-frontal izquierda; heridas de bala con orificio de entrada en
región frontal derecha, región frontal media y región maxilar superior
izquierda con orificios de salida en la región occipital. Además presenta una
herida desgarrada en región posterior del muslo izquierdo. La causa de la
muerte se halla claramente establecida ya que cualquiera de los impactos ha
sido mortal en forma instantánea provocando el estallido del cráneo, por lo que
no se hace necesaria la autopsia médico-legal”.
El informe médico fue redactado por el doctor Aldo Soriani.
Lleva su sello y firma, y está fechado en Azul el 23 de septiembre de 1955.
Un puñado de horas había transcurrido desde el estallido de
la “Revolución Libertadora” que, en forma abrupta, ya se había cobrado la
primera víctima de lo que sería un largo y luctuoso historial.
Para culminar…
La avenida Manuel Chaves fue la décima octava arteria en ser
bautizada en los años ’70. El próximo domingo nos ocuparemos de la calle
Maestras Azuleñas.
Agradecimientos y fuentes
Muchas gracias al profesor, periodista e historiador Marcial
Luna por su enorme colaboración y el artículo redactado en exclusiva para
engalanar este trabajo.
Muchas gracias a Norma Iglesias por su incansable y
enriquecedora guía por los senderos de la historia azuleña.
Muchas gracias a Emiliano Tuinstra por su respaldo
incondicional.
Muchas gracias a Stella Tumminaro del Concejo Deliberante de
Azul.
Muchas gracias a Chelita, Daniela y Alicia de la Biblioteca
Pública “Monseñor César A. Cáneva”.
Muchas gracias a Alicia Medel y Norma Binzuña del Archivo
Municipal.
Hemeroteca de Azul “Juan Miguel Oyhanarte”.
Marcial Luna. “Chaves. El primer asesinato de la Revolución
Libertadora”. (2013). CTA Ediciones.
Alberto Sarramone. “Historia del antiguo pago del Azul”.
(1997). Biblos. Azul.
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