Este Blog es en homenaje a los que descansan en el Cementerio de Azul (Prov. de Buenos Aires, Argentina), que nos precedieron en el duro camino de la vida y que con su esfuerzo y dedicación contribuyeron a hacer grande a esta ciudad. Nació de la mano de Vicente Lencioni y hoy nos toca continuar su legado, siguiendo el principio que él se planteara al construir este sitio.
CEMENTERIO DE AZUL Homenaje a la majestuosidad de la muerte y a la síntesis histórica. La ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina, rinde homenaje a la majestuosidad de la muerte, con una imponente escultura hecha en 1938, por el arquitecto e ingeniero Francisco Salamone. Esta escultura representa un ángel flamígero con una espada en las manos. Como dijo alguien, pareciera que estuviera marcando la frontera entre la vida y la muerte; además esta representando para los creyentes la esperanza de la resurrección. Entrando ya al interior del Cementerio encontramos dos cenotafios que rinden homenaje a los muertos de los dos grandes partidos políticos cuya ideología la podemos considerar fundacional de la Argentina moderna. Uno es en homenaje a los muertos en la Revolución Radical, de 1890 y el otro es en homenaje al Teniente General Juan Domingo Perón y a su esposa María Eva Duarte. Es como si esta Ciudad Cervantina, de profundas raíces Pampas, en la que hace años se señoreaban los pueblos originarios, tierra en que tantos desencuentros se produjeran, quiere ser hoy la heredad de la síntesis unificadora de tantos años de desencuentros.



A los desaparecidos de toda la tierra, de todas las épocas por distintos motivos, quienes con su sacrificio han hecho posible que "la muerte le enseñe a los vivos" a soñar con un Mundo lleno de respeto por las ideas del otro.

(José Vicente Cuenca Phd Departamento de Antropología Universidad Nacional de Colombia Santa Fé de Bogotá, 1994)


domingo, 11 de julio de 2010

un soldado olvidado


nicho que guarda sus restos

en compañia del cacique Catriel y otros

Entre los años 1855 y 1880, un soldado que hoy yace en una tumba olvidada del cementerio único de Azul, y casi destruida, presto grandes servicios al pueblo que lo tuvo como ciudadano y a la Nación Argentina ese soldado era el Capitán Rufino Solano. Así como fue amigo y no solo converso con ellos sino que les pidió muchas veces por los indios que a veces caían cautivos, fue amigo y confidente de los grandes caciques Pampas, que se señoreaban por la tierras del Fuerte Federación o de San Serapio Mártir, esos caciques fueron Cafulcurá, Namuncurá, Catriel, Pinsén y otros mas.

Miles de cautivos/as, le deben su libertad, se distinguió siempre por su honestidad y la fuerza de sus principios como así también su valor su sangre fría para enfrentar tanto a los Pampas como a las autoridades nacionales que a veces no comprendían su accionar en defensa de sus ideales y de la Patria, mediante su accionar muchos encuentros guerreros fueron evitados ahorrando sangre de hermanos argentinos, con toda justicia, se lo debe considerar como el máximo y último diplomático antes de desencadenarse la "conquista del Desierto" llevada a cabo por el General Julio Argentino Roca.
Según consta en archivos y trasmisiones verbales de viejos habitantes de Azul, acompaño a varias delegaciones de Pampas, a “parlamentar” con el gobierno nacional
Durante su accionar cientos de kilómetros del suelo Patrio fueron caminados por el Capital Solano, muchas veces solo y otras acompañado por solo un puñado de soldados, pasando varios días “hospedado” en las tolderías.
Varios fuertes de la Provincia de Buenos Aires contaron con no solo su presencia sino también con sus servicios entre otros Estomba, Blanca Grande y del Arroyo Azul.
En 1873 la Provincia de Santa Fe, le da una medalla de oro en agradecimiento a la liberación de numerosos cautivos/as
En 1913, el Capitán Rufino Solano, deja la gloria efímera de los hombres para entrar en la eternidad. Hoy su tumba esta cubierta por un manto de olvido


MUERTE DE RUFINO SOLANO

AZUL, 20 DE JULIO DE 1913

Es mil novecientos trece,
Azul, pueblo destinado.
Veinte de julio es el día
tiempo y lugar señalando
aquel día en ese pueblo
donde morirá Solano.
Recuerdos de libertad
entre lejanías de espanto,
de coraje y aventuras
en noches hechas pedazos
se escapan de su memoria
en remolinos de clavos.
Analfabeto de ley
nació nunca supo cuando
¡Qué destino singular!
¡Ah,qué destino envidiado,
regalarle libertad
a los que viven esclavos!
¿Qué toldos no conoció?
¿Con qué caciques no ha hablado
en su propia lengua antigua,
en todos aquellos años?
En Chiloé,Calfucurá
le entregó muchos cristianos.
Mujeres que conoció
mujeres que lo han amado
la mujer que ya no esta
junto a Rufino Solano.
Hoy, cautivo de la muerte,
nadie puede rescatarlo.
Hoy, con el rumbo perdido,
lo espera un desierto amado.
Sin honores y sin premios,
sin amigos, sin tabaco,
sin un mate en la garganta,
sin guitarra para el llanto,
sin saber adonde va
sin tener ya ni el caballo,
un poncho de ingratitudes
envuelve su cuerpo helado.
Lento silencio florece
en los ojos entornados.
La indiferencia de todos
el alma le esta arañando.
Azul sentencia al olvido,
por eso será olvidado
ese amanecer de julio
que se posa sobre un rancho
del Azul donde agoniza
solo, Rufino Solano
Solo, viejo, enfermo,pobre,
al olvido condenado,
entre manojos de ausencias,
murió Rufino Solano

autor :Florangel Camponovo
Escritora Azuleña
,




OH Capitán, mi capitán!!
OH Capitán, mi Capitán:
nuestro azaroso viaje ha terminado.
Al fin venció la nave y el premio fue ganado.
Ya el puerto se halla próximo,
ya se oye la campana
y ver se puede el pueblo que entre vítores,
con la mirada sigue la nao soberana.
Mas ¿no ves, corazón, oh corazón,
cómo los hilos rojos van rodando
sobre el puente en el cual mi Capitán
permanece extendido, helado y muerto?
Oh Capitán, mi Capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles de campanas.
Por ti se izan banderas y los clarines claman.
Son para ti los ramos, las coronas, las cintas.
Por ti la multitud se arremolina,
por ti llora, por ti su alma llamea
y la mirada ansiosa, con verte, se recrea.
Oh Capitán, ¡mi Padre amado!
Voy mi brazo a poner sobre tu cuello.
Es sólo una ilusión que en este puente
te encuentres extendido, helado y muerto.
Mi padre no responde.
Sus labios no se mueven.
Está pálido, pálido. Casi sin pulso, inerte.
No puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.
Anclada está la nave: su ruta ha concluido.
Feliz entra en el puerto de vuelta de su viaje.
La nave ya ha vencido la furia del oleaje.
Oh playas, alegraos; sonad, claras campanas
en tanto que camino con paso triste, incierto,
por el puente do está mi Capitán
para siempre extendido, helado y muerto.
Walt Whitman

En 1865 fue reconocido por su poema dirigido a Abraham Lincoln justo después de su muerte. El poema se titula "Oh Captain my captain".

1 comentario:

  1. Sr. historiador Don Vicente Lencioni: Muchas gracias por este justo recuerdo a este noble personaje: el capitán lenguaraz Rufino Solano.-
    Marcos

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